Cuando revisamos nuestras
redes sociales, solemos quedar cautivados por muchas recetas, platos y postres
que nos proponen influencers. Tanto es así que hay quien está cambiando su
estilo de alimentación.
Los influencers en comida están cambiando los hábitos de alimentación de muchas personas. Y no es broma, es una llamativa evidencia de la que no se habla lo suficiente. Términos como realfooding se han instalado en nuestras vidas con normalidad. Por no hablar de esas cuentas que nos proponen ricas recetas más o menos saludables que captan nuestra atención.
Las modas en relación con la alimentación siempre han estado presentes. Nos llegaban desde las revistas, los programas de televisión y en foros de internet. Sin embargo, Instagram es ahora es esa ventana apetecible que nos atrapa con platos atractivos y suculentos. Salsas, bocadillos, helados, tartas, ensaladas de muchos colores y sabores.
Analizar este fenómeno nos puede permitir tomar conciencia de aspectos
que quizá no habíamos tenido en cuenta hasta ahora. Las redes sociales son
escenarios en los que lo visual y lo social se combinan generando un gran impacto. Lo que vemos nos influye y lo que hacen otros muchas veces
nos determina. Esto hace que nuestra alimentación se vea mediada
también por ese universo digital.
“La comida entra por los ojos. Lo que vemos atrae nuestro deseo y esta es un arma de la que se valen las redes sociales”.
Influencers en comida: así nos influyen
En esta actualidad, hay una norma no escrita que mucha gente práctica.
Antes de comerte lo que tienes en el plato debes publicarlo. En efecto, la comida se ha convertido en un contenido habitual y recurrente
en las redes sociales. No solo nos encontramos con fotos de
paisajes, ropa y famosos abriéndonos la puerta a sus magníficas vidas. Lo que
comemos también atrae los likes.
Es más, cuando hacemos scroll (nos desplazamos) entre los diversos contenidos de Instagram, es muy fácil que nos detengamos en alguna foto que contiene algún plato apetitoso. No nos llega el olor ni el sabor, pero la sola presentación es un festín para el cerebro. Esto lo saben bien los influencers en comida, quienes han encontrado un auténtico filón en el ámbito de la alimentación.
La proteína rezumante y la estimulación visual
Kilos de mozzarella goteando o
estirándose en interminables hebras. Cremas de chocolate rezumando en pasteles
de vibrantes colores. Salsas cremosas estallando en platos tan llamativos como
originales. Batidos cremosos. La carne y sus brillantes jugos. Tartas bañadas
en siropes y en cucharadas colmadas de nata…
Si hay una imagen que usan con frecuencia los influencers de comida es la proteína rezumante. El queso derretido es sin duda la imagen que más estimula a nuestro cerebro, y la que crea lo que se conoce como “pornografía alimentaria”. Nada más verlo nos genera placer, despierta el hambre y el deseo de preparar platos semejantes.
Por lo general, las imágenes que más ansia y atracción nos generan es la
referente a esos alimentos menos saludables. Tarde o temprano, muchos usuarios
que siguen esas cuentas acaban preparándose aquello que ven. De algún modo, los hábitos alimenticios de una parte amplia de la población
están cambiando debido a las redes sociales. Queremos llevarnos
a la boca aquello que vemos.
“Ver imágenes de alimentos suculentos y ricos en grasas atrae nuestra atención. Es más, sabemos que la llamada comida rápida o basura es la que más nos atrae y despierta nuestras ansias de comer”.
Ver platos atractivos en nuestras redes sociales nos genera felicidad
Los influencers de comida saben
que los platos que preparan no solo deben despertar el hambre de quien lo vea.
Los alimentos también nos generan emociones. Ver una tarta, un helado o una
pizza llena de queso estimula nuestros centros de dopamina. Sentimos
atracción, deseo y felicidad al ver comida apetitosa.
Aún más, trabajos de investigación, como los realizados por Ethan Pancer
y colaboradores, van un poco más allá y señalan algo relevante. La comida rápida es la que más nos atrae y la razón está en
que las personas estamos biológicamente preparadas para buscar alimentos
calóricos. Cuantas más grasas tengan, más nos seducen.
Influencers de comida, los nuevos gurús de la alimentación
Para bien o para mal, los influencers de
comida median en el estilo alimentario de muchas personas. Evidentemente, muchos de ellos pueden ser nutricionistas y aportar unas pautas
saludables y necesarias.
“Bienestar y placer en la alimentación no están reñidos. Sin embargo, también hay gurús que pueden estar poniendo en serio peligro a sus seguidores”.
Por ello, en lo que se refiere a los principales problemas que encontramos en el auge de las redes sociales como referencia culinaria, están las siguientes dimensiones:
·
Sobrecarga de información. A día de hoy existen millones de cuentas dedicadas a la
alimentación, las recetas y las dietas. Ese exceso de información hace que no
todo sea fiable ni saludable.
·
Intrusismo en el campo de la
nutrición y la salud. Muchos influencers en
comida también ofrecen pautas dietéticas. Debemos recordar que el asesoramiento nutricional solo lo pueden dar los expertos. No
todo es oro lo que reduce, no existen las dietas milagro y muchas pautas que
nos ofrecen pueden ser más perjudiciales que saludables.
Jovenes y los problemas de alimentación
Es necesario recordar que ahora mismo vivimos una auténtica epidemia de
trastornos de la conducta alimentaria entre los más jóvenes. El problema es
serio y aún no hablamos lo suficiente de ello. Estudios como los
publicados por los doctores Jaime E Sidani, Ariel Shensa y Beth Hoffman en
el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetic,
señalan algo relevante.
Sabemos que la etiología de los trastornos en la alimentación es multifactorial, pero las redes sociales son una variable muy significativa. Aquello que ven en sus universos digitales media en su salud mental. La forma en que lo interpreten, lo expuestos que estén y su propia vulnerabilidad psicológica influyen en la aparición de problemas como la anorexia, la bulimia, etc.
Necesitamos influencers de comida que sean referencias saludables para los jovenes. Necesitamos figuras públicas y cuentas que creen contenido apropiado y enriquecedor para todo el mundo, pero en especial para los adolescentes. Si lo que ven en redes sociales es lo que acaban deseando o imitando, procuremos ser un espejo de bienestar para ellos.
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