"LOS LABIOS SON LA PUERTA MÁGICA QUE ABRE LAS SENSACIONES DEL PALADAR

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Comenzemos hoy por la GASTRONOMÍA Y ARTE CULINARIO.

"COMBINA ESPECIES Y MAGIA Y
OBTENDRÁS EL ELIXIR DE LA FELICIDAD"
"Chef Mikel"
Los labios aparte de ser junto con los ojos los órganos más llamativos de un rostro y los que más sensualidad nos despiertan en nuestros sentidos, van a jugar un importantísimo papel en el ámbito gastronómico ya que ellos van a ser los responsables de que reconozcamos temperatura, sabor, o textura de los alimentos. Los labios nos abren las puertas del paladar y nos hacen reconocer los 5 sabores básicos: el amargo, el ácido, el dulce, el salado y el unami a los que añadimos el astringente y el picante a los que hay que sumar dos nuevos sabores el : el starchy y el adiposo.

Si hace décadas y décadas enseñaban que existían cuatro sabores, el dulce, el salado, el amargo y el ácido, con el tiempo se unió un quinto, el umami. Y puede que dentro de poco llegue de forma más oficial un sexto, conocido como starchy.

¿Pero cómo son exactamente los cinco (o seis, o siete…) tipos de sabores existentes?

El sabor dulce
El dulce es un tipo de sabor presente especialmente en los alimentos con presencia importante de azúcares, una de las sustancias dulces por excelencia. Aunque también en productos con derivados de este o en aquellos otros con un alto contenido de carbohidratos, glucosa y glucógeno.
Especialmente este sabor se percibe en la punta de la lengua, aunque se detecta en el resto de nuestro órgano con facilidad, domina de forma natural alimentos de origen vegetal, como las frutas, y se le da tradicionalmente a postres, pastas, así como bebidas como gran parte de los refrescos, a través de azúcares y edulcorantes.

El sabor salado
El salado, como su nombre indica, viene potenciado especialmente por la sal. Aunque a nivel más técnico, es responsabilidad de los denominados iones solubles y otros metales alcalinos. Sin embargo, no siempre es así. Sales poco habituales, e incluso la más común, el cloruro de sodio, la sal de mesa, pueden ofrecer sabores dulces en baja concentración y sabores amargos en alta. El auténtico sabor salado, entonces, lo encontraríamos en el término medio del uso de la sal común y en sales como la de sodio o la de potasio.

El sabor amargo
Este, el amargo, es uno de los sabores más interesantes. Se trata de una percepción dada por varios compuestos químicos diferentes, siendo producido por diferentes estructuras. Es al mismo tiempo muy diverso y especialmente diferenciado por nuestras papilas gustativas, se cree que por un instinto de supervivencia.
Quesos,  el café, por norma general la cerveza, las aguas tónicas por su quinina o vegetales como las aceitunas, por ejemplo, cuando no se curan son amargos.

El sabor ácido
El ácido es el cuarto sabor, uno que guarda especialmente relación con el anterior, el amargo, por provocar una señal de alerta similar a nuestro cerebro cuando es percibido en nuestra lengua. ¿La razón? De nuevo, cuestión de supervivencia, ya que igual que los venenos suelen ser amargos, también ácidos. Y los ácidos están de igual forma presentes en sustancias perjudiciales para el ser humano.El sabor es provocado por los iones hidronio que se forman cuando hay ácidos en presencia de agua. Podemos observarlo de forma especial en ciertas frutas cítricas, como los limones, las naranjas o algunas manzanas; también en productos lácteos fermentados, en el vinagre o en el tomate guisado, por ejemplo, razón por la cual es común la adición de azúcar, que lo contrarresta.

Chef Mikel. La Cepa PInares.
El sabor umami
El umami es el quinto sabor y un vocablo japonés que significa ‘sabroso’. Formante de los sabores básicos, fue identificado y bautizado en 1908 por el científico Kikunae Ikeda. Él fue quien descubrió que el sabor del caldo dashi de kombu era distinto del resto, el dulce, el salado, el amargo y el ácido, y lo denominó umami. Combinación de umai, ‘delicioso’, y mi, ‘sabor’.
A pesar de que por su denominación pueda resultar lejano, está asociado al glutamato monosódico y se encuentra presente de una forma importantísima en un producto tan ibérico como el Jamón, así como en otros como las anchoas en salazón, la salsa de soja, espárragos o frutas especialmente maduras. Su descripción, aunque compleja, habla de un sabor sutil, de regusto prolongado, que provoca salivación, una sensación aterciopelada y una estimulación del paladar, la garganta y parte posterior de la boca.

Otros sabores: picante, astringente, starchy, adiposo…

Sobre el primero, no hay dudas. Es la pungencia o el picor, esa sensación de ardor producida por pimientos picantes, jengibre, ajos, pimienta o cebollas, por nombrar unos cuantos alimentos. El segundo, también denominado acre, es una percepción de sequedad o arenosidad en nuestro paladar. Una sensación que pueden provocar productos como el té, la granada, el caqui o el plátano verde.

A esta versión extendida con siete sabores, en el futuro podríamos sumar dos más: el starchy y el adiposo, ambos son motivo de estudio en la actualidad.

El primero de ellos, también llamado sabor almidonado o a almidón, estaría producido por alimentos como las pizzas, el arroz o las pastas, donde los hidratos de carbono están presentes. Aunque podría enmarcarse dentro de una suerte de dulce, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Oregón desveló que los investigados afirmaban que «sabían a harina». La investigación no es concluyente, esencialmente porque no se han encontrado los receptores de este sabor en la lengua, pero continúa.

El sabor adiposo o graso es otro de los que se están estudiando, este especialmente por el impacto que podría producir en la salud pública de poder modificarse su percepción. Científicos de la Universidad de Borgoña, en Francia, publicaron en noviembre de 2005 el hallazgo de unas células receptoras capaces de percibir y trasmitir el sabor de los lípidos. Aunque parece ser que no es concluyente, de confirmarse y poder potenciarse o inhibirse este sabor, se podría modificar de forma importante la conducta alimenticia de muchas personas y combatir ciertos tipos de obesidad.

Algo muy importante es que podemos utilizar la mente para el sentido del gusto, imaginando los sabores al igual que imaginamos situaciones o canciones. A esta facultad se le denomina PALADAR MENTAL.

Ferrán Adriá, define el paladar mental como la capacidad relacionada con el análisis gustativo que consiste en imaginar el sabor y la armonía de un plato tan sólo viéndolo o escuchando su nombre.
Este concepto, está estrechamente vinculado a la cocina creativa. En palabras sencillas, el paladar mental se refiere al uso de la memoria identificando sabores, facilitando así la posibilidad de crear combinaciones, solamente con imaginar el resultado.

Calamares a la Plancha. La Cepa Pinares
El paladar mental funciona como un archivo de códigos de sabor, de forma que al probar un alimento o un plato, los sabores son identificados informando al cerebro de qué sabor se trata. Además, la mente es capaz, tan solo con pensar en un producto determinado, de sentir el sabor e incluso reproducir la reacción que produce en nuestro paladar. Así es obvio el ejemplo de imaginar morder un limón, y experimentar la reacción de salivar al igual que si lo estuviéramos probando verdaderamente.

La experiencia y el entrenamiento del paladar mental, con ejercicios de identificación de sabores individuales, es similar al entrenamiento de los expertos en aromas, los denominados “nariz” de la enología o de los perfumes, que a base de entrenamiento, reconocen notas componentes de aromas, mucho más ricas que las que notamos los ciudadanos comunes.

El desarrollo del paladar mental es un objetivo para todo cocinero que se precie, ya que nos permitirá sólo con imaginarlo, combinar alimentos mentalmente y facilitará que podamos pensar al probar un plato, “esto quedaría muy bien también con limón”, “a este plato le iría muy bien un bouquet de hierbas aromáticas” o tener reacciones similares.

Como resulta obvio, el paladar mental nunca coincidirá con los gustos de todas las personas que prueben un plato. El cocinero, cuya habilidad y desarrollo del paladar mental, le permita realizar combinaciones de sabores que gusten a mayor número de personas, será el que tendrá más éxito en la cocina creativa.

Cerremos la primera parte de este Post con DOS frase que me inspiraron los labios:

"LOS LABIOS SON LA PUERTA MÁGICA QUE ABRE LAS SENSACIONES DEL PALADAR" 

"AL CHEF QUE NO TRANSMITE ALEGRÍA Y PLACER EN SUS CREACIONES LE ESTÁ PROHIBIDO COCINAR"  Chef Mikel.


Pasemos al estudio de los labios desde el punto de vista de la comunicación no verbal.

En la información que nos llega acerca de los sentimientos y del estado personal de aquellos que nos rodean juega un importantísimo papel las expresiones faciales (comunicación no verbal) y los gestos de la boca, de los labios; de ahí que una mirada, un gesto, una mueca o el lenguaje corporal de los labios puedan ser más clarificadores incluso las propias palabras.
A través de esta post voy a describir de forma resumida cual es el papel que juegan las muecas de los labios en la mesa y así poder reconocer las emociones que fluyen entre los comensales.
La manera de sonreir o la de posicionar y abrir los labios pueden dar pistas de las sensaciones que te ha generado una cierta persona o una determinada circunstancia.
Voy a analizar en concreto cuatro gestos con los que podemos leer a los demás prestando especial atención a la boca.
Vamos a por ello:

SONREIR:
Es la mejor carta de presentación. Una sonrisa puede ser una señal de alegría, de ilusión, de implicación y de aceptación.

Por ejemplo los estudios nos dicen que la máxima expresión de la felicidad es aquella en la que se enseña la dentadura superior de manera casi completa. No se puede controlar y se realiza inconscientemente. Libera endorfinas y activa nuestro circuito cerebral del placer. A menudo va acompañada de carcajada.
¡Atención!; sin embargo a veces es difícil diferenciar la anterior risa de una falsa y forzada. Los gestos que realizamos en ambos casos son diferentes; en cada caso si observamos se contraen diferentes músculos del rostro. No obstante a simple vista es difícil de diferenciarlas, por lo que en estas situaciones de duda resulta más clarificador observar la zona de los ojos.
Si queremos saber si una sonrisa es verdadera, la mejor forma es observar los músculos orbiculares que rodean los ojos. Estos son los que provocan arrugas alrededor de los mismos. También entran en juego los músculos cigomático mayor y menor que nos confiere la sonrisa característica de oreja a oreja. A esta sonrisa se le conoce como Sonrisa de Duchenne.

MORDERSE EL LABIO INFERIOR.

Depende de la intensidad con que nos mordemos el labio inferior el significado. Si lo hacemos suave y delicadamente, indica atracción; si por el contrario, es fuerte, llegando a quedarse marcados los dientes, entonces es un estado de nerviosismo.
Cuando nos sentimos atraídos por una persona, es prácticamente inevitable realizar este gesto. Nos mordemos el labio inferior o lo tapamos con los dientes de manera casi automática; el gesto anterior se suele acompañar con una leve inclinación de la cabeza hacia uno de los lados o hacia abajo, lo que da muestras de que nos sintamos a gusto y encantados con la compañía de la otra persona.
Este tipo de comunicación no verbal refleja lo que sentimos hacia la persona que tenemos enfrente y hacia la situación; y aunque este lenguaje corporal de los labios es inconsciente, por lo general, somos capaces de decir qué gestos estamos realizando. Si somos rápidos, podemos llegar a maquillarlo en algún grado.

NERVIOSISMO
Fijaté en algún compañero de trabajo que este muy concentrado en sus tareas. Puede que se rasque el pelo o el cuello, o mueva las manos y las piernas sin parar. Pero como ese no es el tema actual que estamos tratando céntrate sólo en su rostro; en los pequeños cambios que manifiesta en su rostro durante la jornada.
Uno de ellos será probablemente el de morderse los labios. Esto normalmente significa que se encuentra en una situación de tensión; que está apresurado, preocupado o nervioso. Denota claramente que su estado de activación fisiológica interna está aumentando.

TOMAR DECISIONES.

Si movemos los labios de derecha  a izquierda, daremos con el gesto característico de toma de decisiones. En ese tiempo en los desplazamos de un lado a otros de la mejilla, reflexionamos, pensamos y tratamos de decidir. El cerebro está en funcionamiento y la actividad fisiológica se centra en la boca.
Generalmente la primera mueca es la que dura más tiempo; luego repetimos el gesto dos o tres veces más; y por último pronunciamos o expresamos el razonamiento o la decisión que estábamos barajando en nuestro interior.

Numerosas investigaciones consideran que el lenguaje corporal representa entre el 50% y el 70% de la cantidad de información que trasmitimos.
Y más en concreto los labios pueden convertirse en un gran mapa de lo que pensamos o sentimos; pero también es fundamental prestar atención a otras señales, como son el contexto, los gestos de las manos –que veremos la próxima semana- o los ojos. Todo en conjunto nos proporciona un mundo de información que no expresamos verbalmente, pero que forma parte de nosotros y comunican nuestro estado interior.

Finalmente recordar:

Reglas de oro para la Mesa:

“la comida se lleva a la Boca, no la boca a la comida”
“No se debe de llevar un pedazo de comida a la boca mientras no se haya tragado el anterior”
“La posición en la mesa debe de ser ergida, sin apoyar codos y ligeramente inclinada al plato”
“La boca debe de permanecer cerrada mientras se mastica”…..y otros que iremos conociendo.

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