SINTONIA-RAPPORT-PACING



LA SINTONIA
"Relación entre dos individuos, caracterizada por el respeto y la confianza mutuas” RAPPORT.
 La creación de una sintonía de modo consciente, acrecentando la eficacia de nuestra actitud interior y aumentando nuestro interés hacia el otro se logra a través de la aplicación de una serie de Técnicas. Aprendiendo a utilizarlas conseguiremos que el sujeto se abra a nosotros y nos deposite su confianza, abriéndonos las puertas de su interior; permitiéndonos entrar en su mundo y abrazar su modelo de realidad.
Las técnicas de la sintonía son también Técnicas Empáticas; es decir, procedimientos que nos permiten penetrar en el mundo del sujeto y contemplarlo con sus mismos ojos, captarlo con sus mismos oídos y experimentarlo como él. 
TÉCNICA DEL REFLEJO.-
Basada en establecer la sintonía reflejando la forma de expresión característica del sujeto.
El reflejo puede ser tanto verbal como no verbal. 
1.- EL REFLEJO NO VERBAL. 
1.1.- PRIMERA OPCIÓN.
Consiste en adoptar de forma directa el lenguaje corporal que caracteriza la expresión espontánea del otro, reflejando su postura corporal (pacing) o siguiendo su ritmo respiratorio.
Muy importante es que el reflejo o imitación pase desapercibida para evitar que el interlocutor tome conciencia de ello. El término “reflejo” puede ser algo desconcertante, realmente se trata de adaptarse al otro, no de calcarlo.
1.2.-SEGUNDA OPCIÓN.
Consiste en adoptar el lenguaje corporal del cliente de forma indirecta. Es posible reflejar su ritmo respiratorio sincronizando el movimiento de nuestra mano con el de su tórax. En PNL se denomina “reflejo cruzado” (cross-pacing).
El reflejo cruzado no tine que llevarse a cabo en el mismo sistema sensorial; podemos ejecutarla en un canal sensorial diferente, por ejemplo adaptándolo al ritmo respiratorio del cliente mediante la regulación de nuestra velocidad expresiva.
“Si pretendo que mi cliente se relaje profundamente, ralentizaré el tempo de mi actividad verbal a medida que él vaya disminuyendo su ritmo respiratorio”. 
El mejor procedimiento para adquirir la técnica del reflejo no verbal consiste en ensayar cada una de las variantes por separado, durante un tiempo, en un ambiente de confianza. Se puede comenzar ensayando con familiares o amigos (sin que ellos conozcan sus intenciones), adaptando su postura corporal a la de ellos mientras conversan. Lo mejor será reflejar la actitud física del otro sincronizándose con su tono muscular, sin llegar a copiar exactamente su postura corporal (la disposición de las extremidades, etc.). tras comprobar el efecto resultante, continúe reflejando su ritmo respiratorio, sincronizándose con el movimiento de sus párpados y, finalmente, adaptando la expresión facial. El reflejo de la velocidad de locución puede ensayarse muy bien conversando por teléfono con una persona de confianza. Refleje de forma cruzada el ritmo respiratorio de su colaborador con movimientos apenas perceptibles de los dedos, las piernas o la cabeza. 
         2.- REFLEJAR Y DIRIGIR.
Adaptarse al otro mediante el término del reflejo, resulta de un inmenso valor cuando se quiere iniciar un proceso de modificación de la conducta. Una vez que haya conseguido entrar en el acceso a las vivencias internas del otro, ayúdele a transformarlas. Usted irá reflejando, durante el trascurso de la conversación, la postura, la respiración, la expresión facial, el tono y el tempo. Tras practicar un rato, podrá empezar a modificar paulatinamente su expresión corporal, de modo casi imperceptible al principio y adoptando progresivamente las expresiones características de la vivencia de su cliente. 
3.- EL REFLEJO VERBAL.
Es un método esencial para entrar conscientemente, en el universo de nuestros interlocutores, para conectar con ellos, sincronizando nuestro propio modo de expresarnos y de experimentar la realidad con los suyos. Consiste en utilizar los conceptos que caracterizan su percepción del mundo; así como reconocer y adoptar sus predicados y su estilo.
Carl Rogers desarrolló dos técnicas de reflejo verbal –no enseñadas en PNL- : el “diálogo controlado” y la “escucha activa”. Estas técnicas son utilizadas por personas que realizan tareas de asesoramiento no terapéutico, como educadores, docente, directivos.... 



3.1.- EL DIÁLOGO CONTROLADO.
Consiste en percibir con precisión lo que dice el otro y de contestarle de forma que la respuesta refleje indirectamente el contenido del mensaje recibido. Se trata, de escuchar con exactitud y devolver una especie de acuse de recibo.
A través del diálogo controlado le señalamos a nuestro interlocutor que lo estamos oyendo, que su mensaje nos parece importante y que, por lo tanto, lo estamos tomando en serio como persona. Así el diálogo controlado genera sintonía, creando una buena relación y confianza que precisa en interlocutor para abrirse y exponer sus problemas.
Saber escuchar es el mejor recurso de que disponemos para llevar a un buen término un diálogo no terapéutico.  Actualmente el estrés y la falta de tiempo producen tanta presión que no conseguimos concentrarnos relajadamente en las palabras ajenas. Además con frecuencia, sentimos una presión interna que intentamos aliviar hablando nosotros mismos en lugar de escuchar.
3.2.- LA ESCUCHA ACTIVA.
La escucha activa consiste en captar los mensajes que emite una persona y que suelen reflejar sus necesidades y emociones de forma encubierta, conteniendo implícitamente sus evaluaciones y transmitiendo en clave sus llamadas de ayuda.... Consiste, tanto en captar estos mensajes incluidos en los enunciados verbales como en reflejarlos.
Se llama activa a esta manera de escuchar porque se trata de señalar al otro que se ha comprendido lo que éste sólo había expresado implícitamente, sin llegar a formularlo.
La escucha activa es más eficaz que el diálogo controlado en lo que se refiere a crear una buena sintonía. Aplicándola, el asesor o terapeuta señala que su interés por la vivencia del otro va más allá del contenido literal de los mensajes, que le está prestando una atención profunda y que se lo toma enserio –empatía-.
En la escucha activa es importante observar al otro mientras pronuncia las frases, captar los SENTIMIENTOS, que expresa de un modo no verbal y, después, reflejarlos verbalmente. 
3.3.- LA IGUALACIÓN VERBAL.
Habrá que señalar que no se conseguirá llegar a tener sintonía con una persona de tipo visual si al dialogar con ella se aplica la técnica de la escucha activa (emociones). Para reflejar la con éxito deberá moverse en el plano visual.
Este mismo problema puede presentarse en una pareja cuando a la hora de comunicarse, cada uno de sus miembros prefiere un sistema sensorial distinto. Dará la impresión de que hablan diferentes idiomas. Puede suceder que, en determinada crisis conyugal, el marido tenga la sensación de que la relación naufraga y la esposa considere que la situación no es tan oscura y que aún poseen perspectivas de futuro.; en este caso ambos, a causa de la sintonía deficiente, se sentirán frustrados e incomprendidos.
El terapeuta debe saber reconocer las percepciones concretas que caracterizan el lenguaje de su cliente, y que sea capaz de adaptarse a él, para por una parte, evitar la confusión lingüística y, por otra, poder establecer la sintonía de forma consciente y precisa.

El recurso de la adaptación verbal es una técnica propia de la PNL, a la que suele llamarse MATCHIG (igualación, emparejamiento, correspondencia). Un terapeuta, además de identificar correctamente el sistema representacional empleado por su cliente, debe ser capaz de desenvolverse bien en cualquiera de ellos y ser lo suficientemente flexible como para cambiar de uno a otro.
La congruencia verbal es tanto más efectiva cuanto mayor sea el potencial del terapeuta para adoptar no ya un determinado patrón lingüístico aislado, sino secuencias enteras de patrones, por ejemplo una secuencia motivadora o de decisión. 
3.4.- REENCUADRE (REINTERPRETACIÓN) VERBAL.
Existe una técnica verbal sencilla que consigue trasmitir el mensaje a un interlocutor con más eficacia que el reflejo.
Se trata de expresar lo siguiente: “Te mereces mi respeto, el problema que te afecta es completamente aceptable”.
La reinterpretación verbal es, en consecuencia, un procedimiento lingüístico destinado a lograr que el interlocutor se acepte a sí mismo y acepte su problema.
La psique humana posee un mecanismo básico que nos empuja a no reconocer en nosotros mismos aquellas características, comportamientos o sentimientos que juzgamos negativos y que nos parecen rechazables en los demás, hasta el punto que los reprimimos o los suprimimos completamente de nuestra propia experiencia consciente.
Cuando estos contenidos despreciados, censurados y alejados de nuestra conciencia, forman parte de algún problema o conjunto de problemas que pretendemos solucionar, se hace imprescindible que establezcamos contacto con ellos.
El terapeuta dispone de un sencillo recurso para facilitarle la tarea a su cliente. Consiste en que una vez identificado el conflicto psicológico, ya sea porque el cliente lo haya mencionado directamente o porque simplemente se haya hecho evidente durante la conversación, el terapeuta reaccionará con un comentario destinado a neutralizar –o incluso a positivizar- la valoración negativa. Al poner de manifiesto que acepta las debilidades por considerarlas humanas y normales, el asesor crea una base de confianza en la que el cliente puede apoyarse para, de forma provisional, reconsiderar su reacción errónea y contemplarla desde otra óptica, llegando así a aceptarla.

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